Yo creo que el camino de cada persona comienza antes de nacer, antes de ser concebidos. Venimos a evolucionar-resolver-liberar-ofrecer y nuestra familia y lo que va aconteciendo en nuestra vida es el escenario perfecto para la resolución de temas pendientes y para nuestro mayor crecimiento y evolución.
A los 38 años hice una regresión al periodo entre vidas, al momento en el que decidí encarnar de nuevo y a la misión que traía mi alma para esta vida. Sentir la belleza de la Naturaleza y transmitir a otras personas la conexión con ella, Convertir las heridas en Medicina, practicar la Reconciliación, Sanar la Energía Femenina, Aprender a dar sin encadenarme, Ser fiel a mí misma y no confundirme con valores de otros, Confiar en mi intuición y mi instinto. Todo lo sucedido en mi vida me ha dado la posibilidad de desarrollar esto. No ha sido un camino fácil.
No creo que todas las personas necesiten hacer una regresión para aceptar su vida y sus circunstancias y sacar lo mejor de ellas mismas. Ni siquiera hace falta creer en vidas pasadas. Mi camino me ha traído hasta la certeza de que la vida ni comienza ni termina con el cuerpo y que esta vida es una oportunidad increíble para trascender y evolucionar y es desde esta perspectiva desde donde puedo agradecer las circunstancias de mi vida.
Cuando miro la vida con perspectiva me doy cuenta de que todos somos humanos y hay cosas que podemos dar y otras que no podemos dar. En algunos casos esto es más evidente que en otros. Cuesta más comprender cuando no es tan justificado que no nos den lo que necesitamos. Y este es el juego de la vida. Lo que nos da nuestra familia de origen nos impulsa, lo que no nos da también nos impulsa de otra manera.
Ahora contemplo mi vida, la que ha sido y me fascina la perfección de lo vivido, perfecto en el sentido de lo mejor para crecer. Las circunstancias de mi vida no me permitieron adormecerme, ni distraerme más de la cuenta.
Desde que recuerdo pasaba muchas horas leyendo y reflexionando. Me gustaba observar a la gente. Intentaba comprender lo que sucedía en mi vida. Todas mis vivencias y mi búsqueda encontraron un sentido cuando comencé a hacer terapia. De repente alguien me enseñaba a manejar el mundo emocional y yo podía comenzar a ubicarme en esta vida. Hasta ese momento yo había vivido sin herramientas emocionales experiencias difíciles y muy cambiantes. Como estar en un barco en plena tormenta y sin saber navegar. De repente me enseñaban a navegar y a leer los mapas y poco a poco pude comenzar a vivir de manera más suave. También ahí decidí el rumbo, quería estudiar psicología y trabajar como psicoterapeuta. Era lo que más me fascinaba, y a la vez me daba pánico. Me sentía muy tímida para ser terapeuta, mi vida demasiado compleja para ponerme frente a una persona, y mi mente un torbellino a mil por hora. Con mi pasión y mi pánico estudié la carrera y tras una época de sí-no-no me atrevo-pero cómo no voy a hacerlo si es lo que amo empecé a trabajar como terapeuta. Ahí mi biografía y muchas de mis experiencias tomaron un gran sentido, siendo terapeuta podía ofrecer a otros mi acompañamiento y mi camino en palabras y en presencia.
Desde que sentí la llamada a ser terapeuta hasta el día de hoy he dedicado casi todo mi tiempo libre a leer, formarme, escribir, buscar y ampliar horizontes.
Comencé entrando en contacto con la Terapia Gestalt y la Bioenergética en Málaga de la mano de Teresa Garcés, Carlos Odriozola y Carolina Garcés. Con ellos me enamoré de este trabajo y decidí ponerme en camino para poder vivir la experiencia de trabajar como terapeuta.
Después seguí en Madrid con Miguel Albiñana con quien también aprendí a trabajar con el perfil de valores Hartman y aprendí cómo usar mi mente y mi carácter a mi favor y dejar de ir en mi contra.
Paralelamente estaba en el programa SAT los veranos compartiendo con muchas personas la sabiduría del eneagrama y muchas otras vivencias sabias y amorosas.
Mientras tanto estudiaba psicología y estaba de nuevo entre dos mundos. El académico que me interesaba a nivel intelectual y la psicoterapia de la que estaba enamorada.
Decidí formarme en Arteterapia pues intuía que el arte era un camino muy poderoso para trabajar las heridas y las potencialidades y para indagar en uno mismo. Me gustaba y me gusta mucho trabajar con arte cuando trabajo con grupos.
Desde los 20 años sentía una llamada a investigar la feminidad y esto me ha llevado a pertenecer a Círculos de Mujeres, a estudiar sexología en Incisex y a participar del proceso Viviendo la mujer que soy creado por Carmen Enguita. En este camino he aprendido mucho acerca de las diferencias entre hombres y mujeres y las respeto y las honro en profundidad.
Muchos años he participado del Círculo de Movimiento Auténtico y esta experiencia ha sido muy bella y allí he saboreado lo sagrado muchas veces.
La numerología apareció en mi vida de repente y me dio una herramienta clara para acompañar en momentos de crisis personal o existencial.
La muerte me ha interesado desde hace muchos años. En Málaga aprendí el proceso MAR (Movimiento del Agradecido Recuerdo) para acompañar en duelos y la muerte me sigue guiando y acompañando en mi búsqueda.
Otra pieza importante ha sido el aprendizaje de regresiones a esta vida, al claustro materno o a vidas pasadas. Para ir a lugares donde creamos una información que nos limita, pasar por allí de nuevo y cambiar esa información por otra más liberadora.
Todo mi camino ha estado acompañado de una gran pasión por la espiritualidad. El budismo, el chamanismo, la meditación y la contemplación han estado presentes.
El interés por los sueños ha estado conmigo desde hace muchos años, he escrito mis sueños cada mañana desde hace 17 años. Me guío por mis sueños, aprendo mucho de ellos y hay decisiones importantes que he tomado gracias a ellos. También me fascinan los mitos, los cuentos y el mundo simbólico. Desde hace muchos años leo a escritores junguianos, sus palabras me abren puertas y me resuenan conocidas y sabias. Me gusta trabajar con símbolos, poesías y rituales como maneras de hablar al inconsciente donde seguimos siendo como niños.
Ahora siento una llamada profunda a escribir libros que ayuden en el proceso de transformación y a crear talleres donde las personas puedan investigar y profundizar en sí mismas.
Mi camino con otras palabras
Mi pasión desde hace muchos años es buscar la sabiduría
en todo lo que acontece en mi vida.
Mi llamada convertir las heridas en medicina.
Escribo mucho y a menudo.
Deseo que mis palabras favorezcan la transformación del sufrimiento en energía-alegría para crear nuestra vida
y la transformación de los patrones repetitivos que nos limitan en nuevas experiencias que amplíen nuestro territorio y nuestra visión.
La naturaleza ha sido y es mi fuente de inspiración y de regeneración.
Amo su belleza y amo compartir esa belleza.
El silencio y la contemplación acompañan mi caminar.
Desde hace años participo en Círculos de Mujeres y esta experiencia me ha enriquecido a nivel personal y me ha aportado una visión amplia acerca de la feminidad y la masculinidad.
Soy terapeuta y acompaño a otras personas a profundizar en sí mismas y en lo que acontece en su vida y a facilitar su transformación en el mundo interno y en el mundo externo.
Trabajo en terapia individual y grupal.
Realizo talleres de Arteterapia y Transformación: Mujer Mariposa, Biografía Sagrada y Raíces.
Ando gestando nuevos talleres que aún no tienen nombre.
Utilizo técnicas gestálticas, corporales, creativas, el mapa del eneagrama, terapia regresiva y todo lo que emerge y sirve para profundizar y avanzar.
Trabajo con los sueños y los símbolos del inconsciente.